El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tomó la decisión de retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo a escasos días de dejar la Casa Blanca. Esta medida revierte una acción tomada por Donald Trump durante su primer mandato. Según la Casa Blanca, se ha concluido que Cuba no ha respaldado actividades terroristas en los últimos seis meses y ha ofrecido garantías de que no lo hará en el futuro. Además de esta acción, Biden ha relajado el embargo económico sobre la isla comunista, suspendiendo por seis meses una cláusula de la Ley Helms-Burton que permite acciones legales en tribunales estadounidenses contra aquellos beneficiados por la expropiación de activos tras la Revolución de 1959. También se han eliminado ciertas restricciones que pesaban sobre entidades cubanas en sus interacciones financieras con Estados Unidos.
Estas decisiones se han tomado tras negociaciones entre Cuba y el Vaticano, las cuales resultaron en la liberación de 553 presos. Sin embargo, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, ha criticado que las medidas llegan tarde y con un alcance limitado, señalando que persisten el bloqueo y las extremas restricciones económicas impuestas desde 2017. Desde la Casa Blanca, la portavoz Karine Jean-Pierre elogió los esfuerzos de la Iglesia Católica para facilitar cambios en Cuba que mejoren el bienestar ciudadano. La acción de Biden ocurre a solo días de entregar el poder a Trump, quien en 2017 había endurecido las políticas hacia Cuba implementadas por Barack Obama. La situación económica de la isla sigue siendo un desafío significativo, marcada por la escasez y dificultades de abastecimiento, según las autoridades cubanas.
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