En un giro significativo en la política estadounidense hacia el conflicto entre Rusia y Ucrania, el presidente Joe Biden ha autorizado a Ucrania a utilizar misiles de largo alcance para atacar objetivos dentro del territorio ruso, según informes de The Washington Post y The New York Times. Estos misiles, identificados como Sistemas de Misiles Tácticos del Ejército (ATACMS), han sido suministrados por Estados Unidos y representan un cambio notable en la postura de la Casa Blanca. La decisión se produce en un contexto de creciente tensión internacional, especialmente en vísperas del cambio de administración en Estados Unidos, donde Donald Trump asumirá la presidencia con una política de reducción de apoyo a Ucrania. Además, esta medida parece ser una respuesta directa al reciente despliegue de tropas norcoreanas por parte de Rusia en el conflicto. Los ATACMS, fabricados por Lockheed Martin, son sofisticados misiles balísticos capaces de alcanzar hasta 300 kilómetros, precisos en su objetivo gracias a su guía GPS.
Simultáneamente, la Unión Europea ha intensificado su llamado a reforzar las defensas aéreas de Ucrania, particularmente después de un ataque masivo de Rusia con misiles y drones que afectó gravemente a la infraestructura energética ucraniana. Josep Borrell, alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, ha enfatizado la necesidad urgente de fortalecer las defensas aéreas del país antes del invierno, en respuesta al impacto devastador de los recientes bombardeos que también incluyeron objetivos nucleares. Borrell ha señalado que esta cuestión será primordial en la próxima reunión del Consejo de Asuntos Exteriores de Defensa de la UE en Bruselas. La escalada del conflicto y las decisiones recientes reflejan un momento crítico para Ucrania y sus alianzas internacionales, frente al incremento de la agresividad rusa y el inminente cambio en la dirección política de Estados Unidos.
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