La Lotería de Navidad es uno de los eventos más esperados en España, no solo por los participantes que esperan ganar el ansiado Gordo, sino también por las administraciones de lotería que ven en él una oportunidad lucrativa. Aunque comúnmente se piensa que estas administraciones obtienen grandes ganancias por vender un décimo ganador, la realidad es diferente. Las ganancias de las administraciones provienen principalmente de las comisiones del 4% sobre cada décimo vendido, lo que equivale a 80 céntimos por cada uno de los boletos de 20 euros. Este margen, aunque modesto en la venta individual, puede representar cifras importantes cuando se venden miles de décimos.
A pesar de que las administraciones no reciben comisiones adicionales por vender un Gordo, el prestigio de haber repartido un premio grande actúa como publicidad indirecta, atrayendo a más clientes en el futuro. El impacto de esta reputación adquirida suele reflejarse en un incremento de las ventas en años posteriores, asegurando un flujo constante de ingresos. Asimismo, las administraciones también se benefician de gestionar el pago de premios menores con una comisión del 2,5% por los primeros 200.000 euros y un 1,25% adicional por los siguientes, lo que suma un ingreso considerable en periodos de alta actividad como diciembre. En resumen, aunque el reparto de grandes premios no incrementa directamente sus beneficios, sí fortalece su imagen y visibilidad a largo plazo, consolidándolas como referentes en el sector de las loterías.
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