La despedida del destacado dirigente socialista aragonés se llevó a cabo en un ambiente sobrio, marcado por la notable ausencia del presidente del Gobierno. Sólo una ministra del actual Ejecutivo hizo acto de presencia para rendir homenaje al político fallecido, lo que generó comentarios en los círculos políticos sobre la discreta representación gubernamental en el acto. La ceremonia congregó a numerosos compañeros de partido, quienes destacaron su legado y dedicación al servicio público.
Fuentes cercanas al entorno político interpretaron la limitada asistencia oficial como un reflejo de las tensiones internas dentro del partido y del panorama político nacional. A pesar de la escasa presencia gubernamental, el evento fue emotivo y sirvió para que amigos, familiares y correligionarios recordaran la figura del dirigente socialista, subrayando su compromiso con los valores progresistas y su impacto en la política aragonesa.
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