En el desarrollo del proceso judicial que se avecina, ni la asesora ni el delegado del Gobierno han hecho acto de presencia, decidiendo confiar exclusivamente en la representación de sus abogados para el trámite judicial. Durante este procedimiento, las acusaciones han tenido la oportunidad de clarificar las imputaciones específicas que enfrentan los acusados, un paso clave en el camino hacia un juicio con jurado, que será el encargado de dirimir las responsabilidades en este caso.
La estrategia de no comparecer personalmente, amparándose en la representación legal, ha sido interpretada por algunos analistas como una señal de que las partes consideran que la presentación de argumentos y evidencia puede manejarse de manera efectiva sin su presencia directa. Esta medida pone de relieve la preparación y la confianza depositada en los equipos legales, quienes jugarán un papel crucial en el futuro juicio, donde se abordarán los detalles más minuciosos de las acusaciones.
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