El Bayer Leverkusen, dirigido por Xabi Alonso, comenzó la temporada como terminó la anterior: levantando un título. El campeón de la Bundesliga se llevó la Supercopa de Alemania al derrotar al Stuttgart en una tanda de penaltis (4-3) tras empatar 2-2 en el tiempo reglamentario. Patrik Schick igualó el marcador en el minuto 88, evitando la prórroga. A pesar de jugar con diez hombres tras la expulsión de Terrier en la primera mitad, el equipo de Alonso no falló ninguno de sus penaltis, consiguiendo así el sexto trofeo en la historia del club y el tercero bajo el liderazgo del entrenador español.
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