La reciente propuesta del PSOE de Fuenlabrada para nombrar el centro de menores extranjeros no acompañados en La Cantueña, situándolo con el nombre de la presidenta de la Comunidad de Madrid, ha generado polémica. En respuesta, el PP ha sugerido que se le dé el nombre de Pedro Sánchez, en lo que se percibe como una prolongación de disputas entre partidos. Esta situación ha sido criticada como un ejemplo de inmadurez y falta de responsabilidad por parte de los políticos, quienes deben llevar a cabo estas decisiones con dignidad y sin recurrir a rencillas partidistas.
La importancia de nombrar un centro de estas características va más allá de un simple acto administrativo; según el filósofo alemán Martin Heidegger, nombrar es un acto que da forma a nuestra comprensión de la realidad misma. Sin embargo, la politización de este proceso, al ser utilizada como un arma arrojadiza entre los partidos, ha sido denunciada como un comportamiento indecente y propio de personas incapaces de cumplir con su tarea. Este centro, fundamental para la integración de menores en situación vulnerable, no debe ser usado para escarnio político, sino gestionado con seriedad y dedicación.
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