Tras la peor sequía registrada en dos siglos, Barcelona ha empezado a reabrir sus fuentes ornamentales que habían permanecido inactivas durante más de dos años debido a las restricciones de agua. El alcalde Jaume Collboni declaró que la ciudad ha retomado su normalidad, aunque recalcó que las autoridades siguen comprometidas con la inversión en la conservación de las reservas de agua freática para enfrentar futuros episodios de baja lluvia. La Generalitat había anunciado el fin de la alerta por sequía en Barcelona recientemente, lo que permite una reapertura progresiva de las fuentes. Inicialmente, hasta finales de junio, se activarán las más pequeñas, aquellas que tienen una superficie menor a 40 metros cuadrados. En la siguiente fase, que se extenderá hasta otoño, se pondrán en funcionamiento fuentes de mayor tamaño, incluyendo la emblemática Font Màgica de Montjuïc.
Además, con el levantamiento de las restricciones, se ha restaurado el riego de espacios verdes con agua potable, aunque sigue siendo preferente el uso de aguas freáticas siempre que sea posible. El principal objetivo del Ayuntamiento es que todo el sistema opere con agua del subsuelo, aunque no se ha anunciado una fecha para lograrlo. En cuanto a la vegetación, se está trabajando en la replantación de árboles muertos durante la sequía, con un 40% ya rehabilitados, y con un incremento previsto de 1.500 árboles más respecto a antes de la sequía. El consumo de agua ha disminuido un 40% gracias al esfuerzo colectivo, y se mantendrán inversiones de 20 millones de euros para infraestructuras de agua, incluyendo la construcción de nuevos depósitos pluviales.
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