Barcelona está experimentando una renovación sin precedentes, impulsada por un auge en las reformas urbanas. Según el último informe de Obrescat, empresa de reformas con más de veinte años de trayectoria, las solicitudes de licencias para reformas han incrementado un 25% durante 2024, rehabilitando más de 1,3 millones de metros cuadrados en la ciudad. Este fenómeno refleja cómo los barceloneses prefieren renovar sus hogares en lugar de trasladarse a las afueras.
El distrito de l’Eixample se ha convertido en el núcleo de esta tendencia. Aquí, las antiguas galerías modernistas se transforman en oficinas luminosas, integrando elementos decimonónicos con tecnología moderna como sistemas de climatización invisibles. Esta combinación se está convirtiendo en el nuevo modelo de renovaciones integrales en Barcelona.
En Sant Martí, particularmente en El Clot y Poblenou, se apuesta por un enfoque posindustrial. Los proyectos derriban viejos tabiques para exponer vigas metálicas y crear espacios abiertos, sin perder la estética «raw» y mejorando la eficiencia energética. Mientras, en la fachada marítima, las reformas mantienen el delicado equilibrio entre conservar muros históricos y optimizar el aislamiento térmico, reduciendo las facturas energéticas hasta un 40%.
Les Corts también está viviendo cambios significativos, con antiguas oficinas que ahora se transforman en espacios de coliving. Mediante el uso de tabiques móviles y tecnología integrada como tomas USB, se duplica la densidad sin sacrificar calidad de vida. La automatización del hogar también está en auge, reflejada en la creciente demanda de este tipo de instalaciones.
Zonas exclusivas como Sarrià y Pedralbes ven reformas con un enfoque en la sostenibilidad premium. Elementos como lucernarios fotovoltaicos y suelos radiantes se están convirtiendo en estándar, con un coste promedio de 120,000 euros por reforma, prometiendo una revalorización de hasta el 40%. El costo medio por obra es de 46,800 euros, con un retorno de 1,4 euros por cada euro invertido.
Marta Vidal, directora técnica de Obrescat, destaca: «Barcelona no solo se reforma; se reinventa estancia a estancia». Con una planificación adecuada, cualquier vivienda puede renovar su esencia manteniendo su carácter único en el barrio.