Barack y Michelle Obama dieron discursos en la convención nacional demócrata, investiendo a Kamala Harris como la heredera de su legado político. Harris, potencial primera presidenta negra y de origen indio, recibió un respaldo enfático de ambos, quienes apelaron a la unidad entre diversas ideologías y generaciones. Obama, sin escatimar críticas a Trump, destacó la necesidad de un liderazgo concentrado en la equidad y la armonía, mientras Michelle Obama subrayó la amenaza que Trump percibe en figuras exitosas y negras. Harris refleja muchas estrategias y aspiraciones de la exitosa campaña de Obama en 2008, con un equipo similar y una fuerte presencia en redes sociales. La ex primera dama reafirmó la posibilidad de progreso y cambio, concluyendo con un contundente «Ella sí puede», resonando el espíritu optimista de «Sí, se puede».
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