La Comunidad de Madrid, bajo la presidencia de Isabel Díaz Ayuso, ha relanzado su apoyo a la educación concertada, continuando con las políticas implementadas por Esperanza Aguirre. Tras un periodo de pausa durante los mandatos de Cristina Cifuentes y Ángel Garrido, el gobierno regional ha anunciado la búsqueda de parcelas en los Berrocales y Colmenar Viejo para construir nuevos centros educativos concertados. Este movimiento responde al crecimiento demográfico y a la promoción de la libertad de elección de las familias, según la Consejería de Educación. La inversión planeada incluye la creación de un Centro de Educación Infantil, Primaria y Secundaria, un instituto público y un colegio concertado en Madrid, además de un instituto y otro centro concertado en Colmenar Viejo, añadiendo más de 5,200 plazas educativas.
El gobierno de Ayuso ha concedido previamente tres terrenos públicos valorados en 30 millones de euros, permitiendo que las empresas ganadoras de concursos los utilicen por 40 años, extendibles a 75, con el compromiso de construir las instalaciones. Para sortear restricciones legales a la cesión de terrenos para centros concertados, el Ayuntamiento de Madrid cedió las parcelas a la Comunidad, que luego organizó el concurso para las construcciones. Esta estrategia sigue siendo objeto de controversia, pues una asociación de enseñanza privada ha llevado el asunto a los tribunales. A pesar de las críticas, el Partido Popular sostiene que su apuesta por la educación concertada fortalece su apoyo electoral, dado que, después del País Vasco, Madrid lidera en el porcentaje de estudiantes en educación privada y concertada.
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