La Comunidad de Madrid ha defendido su gestión respecto a la situación de los fallecimientos en residencias de ancianos durante la pandemia, descalificando recientes documentales que califican como «engañosos». Según portavoces de la Comunidad, estos materiales audiovisuales presentan una realidad distorsionada que no refleja con precisión las decisiones tomadas en aquellos momentos críticos. Insisten en que las medidas adoptadas se fundamentaron en criterios médicos y científicos, priorizando siempre el bienestar y la salud de los residentes en circunstancias extremadamente difíciles. Además, han resaltado que las investigaciones internas y auditorías independientes realizadas validan sus acciones y decisiones durante esos meses aciagos.
La fricción entre la Comunidad y los realizadores de estos documentales refleja el conflicto en torno a la narrativa de la gestión de la crisis sanitaria en las residencias. Mientras los documentales han llamado la atención pública hacia la supuesta falta de preparación y gestión inadecuada, la Comunidad se ha mantenido firme en su postura, afirmando que tales representaciones son parciales y no tienen en cuenta la complejidad de la situación. Se ha enfatizado la colaboración con agentes externos para mejorar continuamente la atención en las residencias, recalibrando protocolos a la luz de nuevas evidencias científicas, con el objetivo de prevenir situaciones similares en el futuro.
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