La ministra de Sanidad, Mónica García, criticó a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, por su conducta en la Conferencia de Presidentes en Barcelona, donde Ayuso se ausentó cuando el lehendakari Imanol Pradales habló en euskera. Según García, esto fue un intento de acaparar la atención y causar un «numerito». En una entrevista, García ironizó sobre el incidente, señalando que Ayuso volvió cuando Alfonso Rueda habló en gallego, y criticó su actitud como una táctica programada y absurda para distraer de imputaciones judiciales relacionadas con la COVID-19.
Por otro lado, Ayuso, quien había advertido que abandonaría el foro si se usaban lenguas cooficiales, también protagonizó otro incidente al negarse a saludar a García, acusándola de llamarla «asesina» por el manejo de las residencias durante la pandemia. García negó la acusación, calificando el gesto de Ayuso de «ridículo» y señalando que denotaba nerviosismo. Además, expresó su convicción de que las acciones de Ayuso formaban parte de una estrategia del Partido Popular para desestabilizar la conferencia y preparar el terreno para una manifestación en Madrid bajo el lema «Mafia o democracia».
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