En medio de una crisis creciente, la presidenta regional ha manifestado su preocupación y frustración ante la gestión de la emergencia actual, calificando la situación de «catastrófica». En sus declaraciones, cargó duramente contra el Gobierno central, al cual acusa de ser más un obstáculo que una ayuda en estos momentos críticos. Según la presidenta, la falta de colaboración y el enfoque obstruccionista del Ejecutivo nacional han complicado aún más la respuesta necesaria para paliar las graves circunstancias que enfrentan.
La mandataria regional se ha defendido de las críticas sobre la demora en la implementación de medidas de emergencia, señalando que la urgencia de la situación obligó a tomar acciones rápidas y decisivas. La tensión entre ambos niveles de gobierno subraya una creciente brecha en la coordinación y en la voluntad para trabajar juntos en soluciones efectivas. Esta confrontación política se desarrolla en un contexto donde el tiempo es esencial, y la población afectada clama por respuestas inmediatas y efectivas para aliviar su sufrimiento.
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