La consejera de Sanidad ha expresado su preocupación ante la situación actual de los presupuestos destinados a su área, destacando que estos permanecen «congelados» y no reflejan las necesidades crecientes del sistema de salud. En una reciente declaración, subrayó que el estancamiento presupuestario obstaculiza la mejora y la actualización de los servicios sanitarios, lo que podría generar un impacto negativo en la atención médica ofrecida a los ciudadanos. La consejera hizo hincapié en que, considerando los desafíos a los que se enfrenta el sector sanitario, es imperativo garantizar una financiación adecuada que permita tanto la contratación de más personal como la modernización de infraestructuras y equipos médicos.
Estas declaraciones llegan en un contexto en el que la presión sobre los servicios de salud ha aumentado, particularmente tras el periodo de pandemia que ha evidenciado las carencias del sistema. La consejera también señaló la necesidad de una planificación financiera que anticipe futuros retos, no solo en términos de personal, sino también en tecnología y acceso a nuevos tratamientos. La falta de nuevos fondos, según la consejera, podría limitar la capacidad del sistema de salud para adaptarse a las demandas actuales y futuras, afectando potencialmente la calidad del servicio ofrecido a la población. Ante esta situación, hizo un llamado a las autoridades competentes para revisar y ajustar los presupuestos con el fin de asegurar mejoras sostenibles y efectivas en la atención sanitaria.
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