Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha desatado la controversia al denunciar en una entrevista en El Programa de Ana Rosa que sus conversaciones en WhatsApp con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, han desaparecido misteriosamente de su teléfono móvil. Ayuso ha sugerido que podría tratarse de una operación para socavar su imagen, cuestionando qué programas se utilizan en la Moncloa para borrar dichos mensajes, al igual que otras conversaciones comprometedoras relacionadas con el fiscal Álvarez García Ortiz. Además, ha señalado que existe una «operación de Estado» dirigida contra ella, calificándola de inaudita en Europa, mientras que el Gobierno está alineado con supuestos intereses del «muro norcoreano». También ha lamentado que su vida personal, especialmente en lo referente a su pareja, haya sido utilizada como arma política, criticando la inspección fiscal que, según ella, fue injustamente llevada a cabo.
Por su parte, las declaraciones de Ayuso vienen tras las acusaciones de Pedro Sánchez, quien durante el Congreso Regional del PSOE-M, criticó a la presidenta madrileña por «hacer negocio con los derechos de las personas» y por impulsar, según él, una «multinacional ultraderechista». Sánchez insinuó que Ayuso lucraría políticamente utilizando medios digitales y tertulianos para propagar desinformación, además de apuntar que Madrid está «en venta», haciendo una referencia velada a su pareja diciendo que «ya sabemos quién se lleva la comisión». En respuesta, Ayuso defendió su postura aseverando que Sánchez no está capacitado para la política, y criticó el papel de los nacionalistas en la política española, a quienes acusó de ser «vividores de lo público». Las tensiones entre ambos líderes reflejan un escenario político marcado por acusaciones personales y estrategias de confrontación.
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