La presidenta ha despejado finalmente las dudas sobre la incorporación del primer ciclo de Secundaria en los colegios, una medida que ha sido objeto de debate y especulación en el ámbito educativo. Durante una declaración pública, aseguró que, a pesar de esta nueva estructuración, la «libertad de elección» de los padres y los centros educativos será mantenida como un principio rector de la política educativa. Este anuncio llega tras varios meses de incertidumbre y discusiones sobre cómo se llevaría a cabo esta integración y cuáles serían sus implicaciones para el sistema de enseñanza y la organización escolar.
Con esta decisión, las autoridades educativas buscan facilitar una transición más fluida entre Primaria y Secundaria, promoviendo la continuidad pedagógica y el desarrollo académico de los jóvenes estudiantes. Sin embargo, al dar flexibilidad a las familias y colegios para decidir su implementación, también se pretende respetar la diversidad de necesidades y contextos que caracterizan a los centros educativos. Este enfoque equilibrado ha sido recibido con opiniones mixtas, donde algunos sectores aplauden la medida como un paso hacia la modernización, mientras que otros muestran cautela respecto a su ejecución y los recursos necesarios para su éxito.
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