La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid ha dado un nuevo paso en su política fiscal al iniciar, en la mañana de hoy, la tramitación de las ordenanzas fiscales para el año 2025. Entre las medidas aprobadas, destaca una nueva reducción del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) que permitirá a los residentes de la capital española un ahorro de 31 millones de euros. Desde que José Luis Martínez-Almeida asumió la alcaldía, el tipo impositivo ha registrado una significativa disminución, pasando del 0,510% al 0,428%.
Esta rebaja se añade a las cuatro realizadas en el mandato anterior, acumulando un ahorro total para los contribuyentes madrileños de más de 1.027 millones de euros entre 2019 y 2025. En palabras de Almeida durante una rueda de prensa, «gracias a estas sucesivas disminuciones, los madrileños dejarán de pagar un total de 220 millones de euros en 2025, en comparación con lo que abonaban en 2019». Además, el acatamiento de una sentencia del Tribunal Constitucional que afecta al impuesto de plusvalía implica una reducción adicional de 200 millones de euros en las arcas del municipio.
El Gobierno municipal también ha aprobado, en consonancia con la Ley 7/2022 sobre residuos y suelos contaminados, una nueva tasa por el servicio de gestión de residuos, que deberá estar implantada antes de abril de 2025. Aunque esta regulación ha generado un arduo trabajo para la Agencia Tributaria de Madrid, la implementación de esta tasa ha sido postergada para favorecer a los ciudadanos, evitando su aplicación durante los años 2023 y 2024.
La reducción del IBI tendrá un impacto positivo para unos 2,2 millones de recibos, abarcando no solo a familias, clases medias, autónomos, sino también a pequeños y medianos empresarios. Este enfoque busca aliviar la carga de varios sectores duramente afectados por el aumento de los precios. En particular, la reducción favorecerá a 1,5 millones de inmuebles residenciales, junto a 95.500 de uso comercial, 30.000 oficinas, más de 11.000 de uso industrial y 7.500 destinados a locales de ocio.
Madrid se posiciona así como una de las ciudades con el tipo general del IBI más bajo de España, solo detrás de Santander y Zaragoza. Esto contrasta notablemente con otras ciudades como Barcelona y Sevilla, que mantienen tipos impositivos significativamente más altos. Los ejemplos concretos de ahorro para los contribuyentes son evidentes: un inmueble con un valor catastral de 200.367 euros pagará en 2025 un recibo de 857 euros, 164 euros menos que si se hubiese mantenido la tasa de 2019.
La nueva tasa de residuos, cuya recaudación neta se estima en 256 millones de euros para 2025, se calculará en base a una tarifa básica y otra variable según la generación de residuos y calidad de su separación. Quedarán exentos del pago los garajes y trasteros que no generen residuos, así como solares y edificaciones en ruinas. Para los inmuebles vacíos o sin actividad, solo se aplicará la tarifa básica, siempre que se acredite anualmente dicha situación.
El Ayuntamiento prevé una reducción en la cuota de esta nueva tasa similar a la ya existente en el IBI para las familias numerosas, adaptación que será aplicada automáticamente si el contribuyente es el propietario. Sin embargo, en caso de que la familia numerosa sea inquilina, deberá solicitar la reducción antes del 1 de marzo del año que desea que entre en vigor.
Esta estrategia fiscal refleja el compromiso del equipo de gobierno liderado por José Luis Martínez-Almeida de apostar por una gestión que busca aliviar la carga fiscal de los ciudadanos, al tiempo que introduce medidas encaminadas a cumplir con la normativa estatal en materia de residuos. Con las nuevas ordenanzas, Madrid se encamina hacia un futuro financiero donde el alivio fiscal y la sostenibilidad van de la mano.
