La creciente presencia de vehículos turísticos motorizados y triciclos de pedaleo, conocidos como ‘tuk tuk’, por las calles del distrito Centro de Madrid está generando un serio problema de congestión. Estas pintorescas alternativas de transporte, diseñadas para ofrecer una
experiencia turística diferente, han encontrado un espacio en la capital española, pero su proliferación ha traído consigo un cúmulo de inconvenientes que afectan a diversos colectivos.
En áreas emblemáticas como el entorno del Mercado de San Miguel, las vías de acceso se ven desbordadas por la cantidad de estos vehículos, que, en su afán por capturar a turistas, han improvisado paradas en lugares no autorizados. Esta situación ha suscitado un aumento en las quejas por parte de asociaciones de vecinos, comerciantes, taxistas y guías turísticos, quienes ven cómo las congestiones afectan el ritmo natural y la fluidez del tráfico en sus zonas de actividad. La Guardia Civil también ha manifestado su preocupación ante esta problemática creciente.
Para intentar poner coto a esta situación, el Ayuntamiento de Madrid había implementado medidas de señalización tanto vertical como horizontal, destinadas a disuadir el estacionamiento indebido de los ‘tuk tuk’ en calles y zonas clave como Bailén, Mayor, la Plaza de la Villa y la calle Vergara. No obstante, estas medidas han demostrado ser insuficientes y los problemas persisten.
Como respuesta a esta problemática, el Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, encabezada por Borja Carabante, ha decidido activar desde hoy una campaña intensiva de vigilancia. Agentes de Movilidad desplegarán operativos para controlar el estacionamiento irregular en las áreas más afectadas del Centro y Retiro. Este esfuerzo se extenderá hasta el 6 de abril, manteniendo un control constante durante todo el año, con el objetivo de asegurar que la circulación y el estacionamiento se realicen dentro de los límites legales establecidos.
La intervención en las calles más problemáticas será exhaustiva, abarcando puntos críticos como la calle Vergara, Bailén, el entorno del Mercado de San Miguel, Cava de San Miguel, calle Cuchilleros, y áreas adyacentes a instituciones culturales y turísticas como la Iglesia de San Jerónimo y el Museo del Prado. Igualmente, se vigilará de cerca el área del Retiro próxima a la Puerta de Alcalá.
Según los datos del Ayuntamiento, al menos seis empresas operan actualmente con estos vehículos en la ciudad. El pasado año, se registraron 901 denuncias contra estos vehículos, que enfrentan sanciones económicas significativas en caso de incumplir las normativas de estacionamiento y circulación. Las multas, que oscilan entre 90 y 200 euros dependiendo de la gravedad de la infracción, buscan disuadir estas prácticas irregulares que entorpecen el tráfico y la experiencia urbana en Madrid.
La iniciativa municipal busca no solo retomar el orden en las calles, sino también garantizar una experiencia segura y fluida tanto para residentes como para turistas, fortaleciendo la convivencia urbana en una de las zonas más icónicas y transitadas de la capital.