En un giro inesperado tras meses de especulación sobre una posible desaceleración, los gigantes del sector cloud, Amazon Web Services (AWS) y Microsoft, han decidido reactivar sus inversiones en el leasing de centros de datos a gran escala. La firma de análisis financiero TD Cowen revela que este cambio de rumbo se produce después de que ambas compañías pospusieran proyectos al inicio del año, a raíz de la necesidad de ajustar prioridades y racionalizar costos.
AWS ha dado el primer paso hacia la recuperación del ritmo de crecimiento. Según el informe, la compañía ha conseguido un acuerdo significativo con un cliente aún no identificado, que requeriría más de 1 gigavatio de capacidad. Este movimiento obligaría a AWS a acelerar su adquisición de infraestructura para satisfacer la demanda. Aunque previamente la empresa había optado por la cautela, posponiendo contratos para optimizar inversiones y gestionar los costos de colocation, sigue mostrando preferencia por centros de datos propios. Sin embargo, los altos costos continúan siendo una preocupación, lo que podría llevarla a apostar por modelos de auto-construcción para proyectos críticos.
Por su parte, Microsoft, tras finalizar su año fiscal en junio, también está retomando su actividad en el sector de los centros de datos. A pesar de haber anunciado la cancelación de proyectos que sumaban hasta 2 GW a principios de año, parece que estos solo fueron pospuestos. La consultora prevé que Microsoft intensifique el leasing de centros de datos hacia el cuarto trimestre de 2025, impulsada por la creciente demanda de servicios cloud y el auge de la inteligencia artificial, a pesar de los recientes ajustes en equipos internos de adquisiciones.
Google se mantiene en un ritmo de inversión elevado. En el primer trimestre de 2025, realizó la mayor inversión en acuerdos de colocation de su historia, adoptando servicios como GPU-as-a-Service. Aunque evalúa migrar a auto-construcción para reducir costos, este cambio no parece inminente, dada la necesidad urgente de cerrar la brecha con sus competidores.
En contraste, Apple continúa con una estrategia cautelosa. La empresa, que depende en gran medida de Google Cloud, aún no ha tomado decisiones concretas tras publicar una solicitud de propuestas para finales de 2024. Además, el posible despliegue de sus propios chips para servidores en 2026 podría alterar su estrategia a mediano plazo.
En conjunto, este panorama revela un sector en plena transición, donde la demanda de inteligencia artificial y servicios en la nube impulsan la necesidad de equilibrar costos, eficiencia y flexibilidad. La tendencia observable sugiere una combinación de leasing selectivo y auto-construcción como modelo predominante en los próximos años.
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