En el corazón de Avilés, la historia de la emblemática confitería Galé, cerrada en los años noventa, revive gracias a la iniciativa de Carlos Antuña y su proyecto en el obrador del hotel El Palacio de Avilés. Fundada en 1876 por Manuel Galé, la confitería fue un referente local conocido por sus dulces clásicos como medialunas y turrones, y especialmente por su mantecado, que con los años se convirtió en el tradicional bollo de Pascua de la ciudad. Ahora, el legado de Galé resurge de la mano del repostero asturiano Alejandro Montes, quien ha retomado la producción de este icónico dulce siguiendo la receta original con ingredientes locales, marcando un nuevo capítulo para una tradición que había caído en el olvido.
El mantecado de la confitería Galé se presenta como un bizcocho de viaje, elaborado con mantequilla, azúcar, harina y huevos, todas materias primas de la región. Los detalles en su preparación, junto con una estética moderna, buscan devolver a este dulce su lugar en la Semana Santa avilesina y su presencia durante todo el año en España. Olga García, propietaria de la tienda de alimentación La Avilesina, destaca su deseo de que este mantecado se convierta en el emblema repostero de Avilés, comparando su importancia con otros postres icónicos asturianos. El legado entregado por Manolo Galé, descendiente del fundador original, cobra vida nuevamente con productos disponibles en varios tamaños, listos para llevar el sabor de una tradición centenaria a cualquier rincón.
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