Una avería en el sistema de autopropulsado de un tren de la compañía francesa Ouigo generó retrasos significativos en el tráfico ferroviario entre las estaciones madrileñas de Chamartín y Puerta de Atocha. El incidente, que ocurrió alrededor de las 11:45 de la mañana del sábado, afectó a la circulación durante casi una hora antes de ser solucionado. Según indicaron fuentes de Adif, el gestor de las infraestructuras ferroviarias, el problema ya ha sido resuelto. A pesar de la rápida respuesta, las demoras impactaron a cinco trenes de larga distancia y alta velocidad de Renfe, los cuales se dirigían a diversos destinos en la región del Levante, provocando molestias a numerosos pasajeros.
Este incidente ocurre solo una semana después de un suceso potencialmente más grave en el mismo tramo ferroviario, cuando un tren descarriló en el túnel que conecta las estaciones de Chamartín y Atocha. Este accidente fue evitado a tiempo mediante un cambio de aguja que impidió una colisión con un tren Iryo lleno de pasajeros. Pablo San José, coordinador de talleres del sector ferroviario de CGT, criticó lo ocurrido calificándolo como un «cúmulo de despropósitos», subrayando errores en la maniobra del tren descarrilado. San José señaló que el tren sin freno estaba siendo manejado de manera incorrecta, y recalcó la importancia de seguir procedimientos de seguridad estándar conocidos por todos los ferroviarios para prevenir este tipo de incidentes.
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