Arriondas se convierte en el epicentro de la emoción y el fervor cada primer sábado de agosto después del día 2 con la celebración del Descenso Internacional del Sella, conocido popularmente como la fiesta de las Piraguas. Esta edición, la 87ª, reunió a miles de personas en un bullicioso ambiente veraniego, mezclando locales, turistas y autoridades. Desde tempranas horas, la plaza del Ayuntamiento se llenó con funcionarios y cuerpos de seguridad, marcando el inicio de una jornada en la que el optimismo y el pesimismo se entrelazan en los saludos de la comunidad. La presencia del presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, y un desfile animado por bandas de gaitas y representaciones históricas, subrayaron el carácter festivo de un evento que es parte integral de la cultura de la región.
A medida que avanzaba la mañana, Arriondas se inundó con los colores y sonidos característicos de esta festividad. Familias y grupos de amigos se entremezclaban con deportistas y «piragüeros», aquellos que vienen por la nocturna diversión. La tradición se mantuvo viva con las bromas y juegos en el agua tras el inicio de la carrera oficial, donde más de 900 embarcaciones partieron en una competida prueba. En paralelo, la música, desde clásicos contemporáneos hasta emotivos himnos asturianos, resonó por doquier. En la meta de Ribadesella, Walter Bouzán y Alberto Llera se coronaron vencedores en K2 masculino, mientras que Tania Fernández y Tania Álvarez se llevaron el título en K2 femenino. En todo momento, el espíritu vivaz de las Piraguas mantuvo unida a la multitud, que ya anticipa con entusiasmo la celebración del próximo año.
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