En el desarrollo urbanístico más reciente de la ciudad, se ha anunciado la construcción de un ambicioso proyecto que abarca una superficie de 170.000 metros cuadrados. De esta área total, 34.000 metros cuadrados estarán dedicados a uso residencial, facilitando la edificación de 600 nuevas viviendas. De este número, 410 serán viviendas de libre mercado, mientras que las restantes 190 estarán sujetas a protección oficial, en un esfuerzo por integrar opciones accesibles en el mercado inmobiliario local. Esta combinación de viviendas busca atender la demanda creciente de diferentes sectores de la población, ofreciendo alternativas tanto para quienes buscan adquirir propiedades de mercado libre como para quienes requieren de apoyo estatal para acceder a una vivienda digna.
El plan se enmarca en un contexto de expansión urbanística que busca equilibrar la oferta de vivienda con la creciente demanda en la capital. Esta iniciativa también responde a la necesidad de crear entornos residenciales integrados y diversificados, que no solo ofrezcan hogares, sino que también promuevan un desarrollo comunitario sostenible. La inclusión de vivienda protegida es parte de un enfoque más amplio para garantizar que el crecimiento urbano no deje de lado a las familias con menos recursos. Este desarrollo es un reflejo de una tendencia más amplia en la planificación urbana de las ciudades, que busca fomentar la inclusividad y la sostenibilidad en los proyectos de expansión urbana.
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