En una época donde los métodos digitales de pago van ganando terreno, aún hay quienes optan por la tradición de guardar sus ahorros «debajo del colchón». Sin embargo, la pregunta que surge es cómo manejar ese dinero en efectivo, especialmente durante las vacaciones, y cuáles son las limitaciones legales tanto en transporte como en consumo.
Paseando por la Milla de Oro de Madrid, no es raro encontrar extranjeros manejando grandes sumas de dinero en efectivo para adquirir joyas o bolsos de lujo. En tiendas como Louis Vuitton, los pagos con billetes de alta denominación son una constante. Para extranjeros con residencia fiscal fuera de España, el límite de pago en efectivo es de 10.000 euros sin que se les solicite el origen del dinero. Esta facilidad en el uso del efectivo abre una puerta al blanqueo de capitales, un problema recurrente.
Los ciudadanos españoles, sin embargo, tienen restricciones más severas. Solo pueden realizar pagos en efectivo de hasta 1.000 euros. Esta normativa hace que algunas personas busquen a extranjeros para que realicen compras a su nombre, cruzando así el umbral de los 1.000 euros. Pero estas prácticas pueden acarrear sanciones. Según Carlos Cruzado, portavoz de los técnicos de Hacienda (Gestha), cualquier transacción en efectivo que involucre a una empresa o profesional y supere los 1.000 euros puede ser sancionada con una multa equivalente al 25% del valor total de la operación. Así, una compra de un anillo de 15.000 euros podría resultar en una multa de 3.750 euros.
Cuando se trata de viajar por España en coche, la ley permite llevar hasta 100.000 euros en efectivo sin necesidad de declarar su origen. Más allá de esa cantidad, es obligatorio contar con una declaración que justifique el dinero. Dentro del territorio español, no existe ninguna normativa que prohíba portar efectivo; sin embargo, si se supera el límite, la ley 10/2010 establece que se debe informar a las autoridades.
La situación cambia significativamente al cruzar las fronteras. En viajes al extranjero, el límite sin declaración es de 10.000 euros. Superado este monto, se deben proporcionar detalles precisos sobre el portador, propietario, destinatario, importe, procedencia y uso previsto del dinero, entre otros.
Antonio Castelo, economista de iBroker, sostiene que las normativas contra el blanqueo de capitales son conocidas en el sector financiero, pero muchos particulares desconocen que también están sujetos a estas leyes. En su opinión, aunque las cantidades requeridas para declarar son altas para la mayoría de las personas, es crucial seguir las normativas para evitar problemas legales.
Aunque no está prohibido tener efectivo en casa ni moverlo, es esencial cumplir con la normativa correspondiente. En caso de transportar más de 100.000 euros dentro del país o más de 10.000 al salir de él, es necesario realizar una declaración previa. El portavoz de Gestha enfatiza que llevar grandes sumas de dinero en efectivo no es ilegal siempre que esté declarado y no tenga un origen ilícito.
En resumen, viajar con dinero en metálico no es en sí un problema, siempre y cuando su origen sea lícito y esté debidamente declarado cuando superen los límites establecidos. Así, podemos continuar nuestras vacaciones con tranquilidad, sabiendo que cumplimos con la ley.
Fuente: Gestha