El proceso de construcción enfrenta un desafío crucial: minimizar su impacto ambiental sin sacrificar su papel como motor económico global. A pesar de los avances en la promoción de edificaciones más sostenibles, la fase de obra sigue siendo una fuente significativa de contaminación, destacando la urgente necesidad de estrategias más limpias y eficientes.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el sector de la construcción consume el 32% de la energía mundial y es responsable del 34% de las emisiones de CO₂ globales. Materiales esenciales como el cemento y el acero contribuyen con cerca del 18% de estas emisiones. Este contexto ha impulsado iniciativas como el Pacto Verde Europeo y la Estrategia de Economía Circular, que buscan transformar la construcción desde sus cimientos hasta su desmontaje final.
Con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, Sto Ibérica, una empresa especializada en soluciones constructivas, propone siete medidas clave para reducir la contaminación durante el proceso de construcción:
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Optimización del uso del agua: En vista de la creciente escasez de agua, urge adoptarla con medidas eficientes, como el uso de productos que demanden menos agua y la reutilización en tareas como la limpieza y el control del polvo.
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Maquinaria y transporte eficientes: Se recomienda el uso de equipos eléctricos o híbridos para disminuir emisiones. La planificación adecuada, como evitar traslados innecesarios y mantener la maquinaria en condiciones óptimas, es esencial.
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Gestión de residuos: Implementar una economía circular reduce desechos al reutilizar materiales como yeso, madera y ladrillos, integrándolos en el proyecto o enviándolos a centros de valorización.
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Industrialización constructiva: Prefabricar elementos en ambientes controlados mejora la precisión, reduce desperdicios y disminuye el impacto de transporte y emisiones.
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Digitalización con herramientas BIM: Esta tecnología permite simular y planificar obras digitalmente, minimizando errores, sobrecostos y residuos mediante una gestión ambiental rigurosa.
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Formación del personal: Capacitar a los trabajadores en sostenibilidad y gestión de recursos es crucial para implementar con éxito cualquier estrategia ambiental.
- Foco en la rehabilitación: Priorizar la renovación sobre nuevas obras reduce residuos y materiales, favoreciendo un impacto ambiental significativamente menor.
Con un parque inmobiliario en gran parte ineficiente energéticamente, la rehabilitación se presenta como una alternativa necesaria y urgente, destacándose como clave para un futuro más sostenible.
Dado el papel crucial de la construcción en la economía mundial, su transformación hacia prácticas más verdes no solo es posible, sino imprescindible para enfrentar los desafíos ambientales actuales.