La tuberculosis infantil, a pesar de ser una enfermedad prevenible y curable, continúa siendo uno de los principales problemas de salud a nivel global. La dificultad en el acceso a pruebas diagnósticas, especialmente en regiones donde la prevalencia es alta, se alza como la principal barrera para su control efectivo. Esta situación es particularmente preocupante en la población infantil, que presenta vulnerabilidades adicionales debido a la complejidad del diagnóstico.
El diagnóstico de tuberculosis en niños enfrenta múltiples retos. En los más pequeños, uno de los principales obstáculos es la limitada capacidad para la recolección de muestras de esputo, las cuales son cruciales para un diagnóstico certero. Los métodos diagnósticos actuales en pediatría cuentan con baja sensibilidad, lo que combinado con síntomas clínicos fácilmente confundibles con otras infecciones respiratorias, conduce a un infradiagnóstico preocupante. Esto no solo permite que la enfermedad progrese de una infección inicial a una enfermedad más grave, sino que también incrementa el riesgo de desarrollar formas extrapulmonares y graves de tuberculosis.
En un esfuerzo por mejorar el diagnóstico de tuberculosis pediátrica, un estudio reciente ha arrojado resultados prometedores mediante la combinación de biomarcadores en sangre. Este análisis demostró que la combinación de IFN-γ y MCP-1 alcanza un 87,9% de sensibilidad y un 66,6% de especificidad, cumpliendo así con los niveles requeridos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para un test de triaje. Sin embargo, el estudio también reveló la persistente complejidad en el diagnóstico diferencial entre tuberculosis activa e infección latente, ya que no se encontraron diferencias significativas entre los biomarcadores evaluados.
Este estudio es producto de una colaboración entre investigadores de diversas áreas del Hospital Gregorio Marañón y el Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER), junto con el Centro de Referencia de Tuberculosis Klink Ottarging de Viena. Aunque estos avances necesitan validación adicional en otros grupos más amplios de pacientes, los resultados actuales ofrecen una perspectiva alentadora para transformar el manejo del diagnóstico de tuberculosis en niños, particularmente en entornos con recursos limitados.
La Dra. Navarro, una de las investigadoras principales del estudio, destaca: “Este estudio es un paso importante hacia un diagnóstico más preciso y accesible de la tuberculosis pediátrica, un problema que sigue afectando de manera desproporcionada a los niños en todo el mundo. Aunque aún queda trabajo por hacer, nuestros resultados ofrecen una base sólida para el desarrollo de nuevas estrategias diagnósticas que puedan mejorar los resultados clínicos en esta población vulnerable”.
La investigación está respaldada por la Red Española de Tuberculosis Pediátrica (pTBred), que colabora activamente con su contraparte europea, la Red Europea de Tuberculosis Pediátrica (pTBnet). La base de datos de pTBred, alojada en el servidor del Hospital Gregorio Marañón, recopila datos clínicos y epidemiológicos cruciales de niños diagnosticados en hospitales de toda España, lo que subraya el compromiso continuo de mejorar el diagnóstico y tratamiento de la tuberculosis infantil a través de la investigación y cooperación global.