Miles de personas han comenzado a huir de Homs, la tercera ciudad más grande de Siria, situada en el centro del país, hacia las regiones costeras occidentales, en busca de seguridad y refugio. Esta estampida masiva, que se ha intensificado desde la pasada noche, se debe al agravamiento del conflicto en la región, que ha dejado a los civiles en una situación de extrema vulnerabilidad. Las hostilidades entre las fuerzas del gobierno sirio y grupos rebeldes han aumentado, intensificando la inseguridad y el peligro de permanecer en la ciudad. Los desplazados enfrentan un complicado viaje en busca de estabilidad, con recursos limitados y condiciones humanitarias precarias.
Las organizaciones internacionales han expresado su preocupación por esta nueva ola de desplazamiento, que pone en evidencia la grave crisis humanitaria que persiste en Siria. Los grupos de ayuda humanitaria están trabajando arduamente para proporcionar asistencia básica, como alimentos, refugio y atención médica, a los desplazados que llegan a las zonas costeras. Sin embargo, la capacidad de respuesta es limitada debido a la magnitud de la crisis y la falta de recursos. La comunidad internacional ha sido instada a aumentar el apoyo y las donaciones para ayudar a atender las necesidades urgentes de la población desplazada y a buscar soluciones diplomáticas para poner fin al conflicto que ha devastado al país durante más de una década.
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