Las autoridades tailandesas han iniciado una investigación exhaustiva tras el colapso de un edificio en construcción en Bangkok, que se desplomó como consecuencia del terremoto de magnitud 7,7 ocurrido en Birmania el 28 de marzo. El edificio, perteneciente a la Oficina Estatal de Auditoría, colapsó dejando 42 muertos y al menos 50 personas desaparecidas, mientras los equipos de emergencia continúan removiendo escombros. El Departamento de Investigación Especial de Tailandia ha anunciado que interrogará a 51 ingenieros relacionados con la edificación, centrándose en el uso de testaferros tailandeses que en realidad representan a empresas gestionadas por extranjeros. Esta decisión surge en medio de las investigaciones para esclarecer las circunstancias del desastre, mientras se estiman que unas 320 personas estaban en el lugar al momento del colapso.
Al cumplirse tres semanas del devastador terremoto, Birmania enfrenta una grave crisis con más de 3.600 muertos reportados, según la junta militar que gobierna el país desde el golpe de Estado de 2021. Este seísmo no solo exacerbó la situación en Birmania, con el Ejército luchando contra guerrillas étnicas y prodemocráticas, sino que también afectó a la vecina Tailandia, donde además de la tragedia en Bangkok, cinco personas perdieron la vida en incidentes relacionados con el terremoto. Entre tanto, el Gobierno tailandés, a través del Ministerio de Interior, ha comenzado a ofrecer indemnizaciones de 100.000 bat (aproximadamente 2.600 euros) a las familias afectadas por la catástrofe, mientras continúan las labores de emergencia y la búsqueda de responsabilidad se intensifica.
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