La última Nochevieja española fue testigo de un giro inesperado en las tradicionales campanadas televisivas, marcadas por la humorística y refrescante participación de David Broncano y Lalachus en TVE. En una transmisión que rompió esquemas, los dos presentadores, poco convencionales para el formato, se presentaron desde la icónica Puerta del Sol de Madrid. Desafiaron las normas establecidas con su característico desparpajo y sin recurrir a las habituales parafernalias, generando risas auténticas y sorpresa en los espectadores. Su audaz interacción con el equipo de Antena 3, liderado por Cristina Pedroche y Alberto Chicote, quien tradicionalmente ha atraído una gran audiencia al mostrar sus espectaculares vestidos, fue uno de los momentos más celebrados de la noche. La reacción juvenil y genuina de Broncano y Lalachus contrastó significativamente con la competencia establecida en años anteriores, planteando un desafío directo a la supremacía de la clásica emisión de Antena 3.
Mientras tanto, otras cadenas como Telecinco y Cuatro permanecieron fieles a enfoques más convencionales, con Blanca Romero e Ion Aramendi como anfitriones, manteniéndose como opciones seguras pero no destacadas en la competencia por la audiencia. En La Sexta, el dúo formado por Dani Mateo y Cristina Pardo intentó unir a las dos Españas televisivas en un gesto de armonía simbólica. Los momentos musicales también ocuparon un lugar central en todas las emisoras, desde el entrañable resumen del año presentado por Carlos del Amor en TVE, hasta las actuaciones de artistas que parecen emerger exclusivamente para estas festividades televisivas. Destacó Manu Tenorio, quien dejó atrás su vida privada para interpretar un bolero en un tono aflamencado en Telecinco. En conjunto, la noche delineó una clara competencia entre la tradición y la innovación, haciendo que muchos se pregunten si el cambio de enfoque de TVE podría marcar un punto de inflexión en futuras celebraciones de Nochevieja.
Leer noticia completa en El Pais.