El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, ha declarado que su país reconocerá al Estado de Palestina durante la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre. Esta decisión sigue el ejemplo de naciones como el Reino Unido, Francia y Canadá. En declaraciones desde Canberra, Albanese expresó que el reconocimiento busca apoyar un esfuerzo internacional para finalizar el ciclo de violencia en Oriente Próximo, proponiendo una solución de dos Estados como la mejor esperanza para acabar con el conflicto en Gaza. Durante la última semana, Albanese ha mantenido conversaciones con diversos líderes internacionales, incluido el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en un contexto de creciente movilización social en contra de las acciones militares israelíes en la Franja de Gaza. La postura del Gobierno australiano ha recibido críticas de Israel, cuyo presidente, Isaac Herzog, calificó la medida de «recompensa» al terrorismo.
La respuesta en Australia ha sido masiva, con al menos 100,000 personas manifestándose en Sídney pidiendo el alto el fuego en Gaza, una movilización sin precedentes desde las protestas contra la guerra de Irak en 2003. Albanese ha reforzado su mandato tras obtener una amplia mayoría en las elecciones recientes, interpretada como un rechazo a la postura pro-guerra de la oposición conservadora. Aún así, su reconocimiento del Estado palestino ha generado escepticismo entre activistas que consideran insuficientes las acciones de su gobierno. La nueva líder conservadora, Sussan Ley, ha expresado preocupaciones sobre la decisión unilateral de reconocer a Palestina, mientras que grupos como la Acción Palestina de Sídney demandan sanciones más contundentes contra Israel, considerando el reconocimiento un gesto vacío sin medidas concretas para detener el conflicto.
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