El gobierno de Australia ha aprobado recientemente una ley que ha generado un intenso debate en la esfera pública. La nueva normativa, conocida como la Ley de Enmienda de Seguridad en Línea (Edad Mínima en Redes Sociales) de 2024, prohíbe a los menores de 16 años el acceso a las redes sociales. Esta decisión, impulsada por el primer ministro Anthony Albanese, busca proteger a los jóvenes de los posibles efectos dañinos de estas plataformas. Sin embargo, varios críticos argumentan que la falta de evidencia concreta que respalde estos daños resalta las preocupaciones sobre la efectividad y necesidad de la medida.
La legislación exige que las redes sociales implementen mecanismos adecuados para verificar la edad de sus usuarios, y las que no cumplan podrían ser sancionadas con multas superiores a los 30 millones de dólares australianos. A pesar de la contundencia de estas sanciones, el texto de la ley no especifica qué plataformas estarán sujetas al cumplimiento de estas normas. Esta decisión recae sobre el ministro de Comunicaciones y el Comisionado de eSafety, lo que podría otorgar a las autoridades un margen amplio para censurar servicios a su discreción.
Un factor que genera preocupación entre especialistas y defensores de la privacidad es la ambigüedad respecto a la tecnología que se utilizará para la verificación de edades. Aunque se descarta el uso exclusivo de identificaciones emitidas por el gobierno, no se han proporcionado detalles claros sobre las alternativas. Esto ha llevado al temor de que, en su afán por cumplir con la ley, las plataformas recurran a soluciones tecnológicamente cuestionables, como el uso de escáneres biométricos. Actualmente, una empresa del Reino Unido ha sido contratada para explorar estas tecnologías y ofrecer métodos de verificación que podrían incluir inteligencia artificial.
La ley entrará en vigor en aproximadamente un año, un periodo durante el cual se espera que se desarrollen las directrices necesarias para su aplicación. No obstante, ya hay inquietud entre la población sobre cómo estas exigencias podrían comprometer la privacidad y seguridad de los datos personales de todos los usuarios en Australia.
Expertos en la materia han manifestado su escepticismo sobre la eficacia de prohibir el acceso a redes sociales y aplicar verificaciones de edad como estrategia para proteger a los menores. Sostienen que una regulación tan drástica podría ser contraproducente y han instado a otras naciones a considerar enfoques más equilibrados y centrados en la protección de la privacidad en lugar de imponer medidas coercitivas. Mientras tanto, el debate sigue abierto, y las miradas están puestas en los pasos que dará Australia en el futuro.