Las elecciones presidenciales en Rumania, cuya primera vuelta fue anulada en noviembre debido a una supuesta injerencia rusa, se están desarrollando con una participación del 32,4% hasta el mediodía, una cifra similar a la anterior. En los anulados comicios de noviembre, Calin Georgescu, un candidato ultranacionalista, sorprendió al ganar gracias a su popularidad en TikTok, lo que llevó a la anulación del proceso por parte del Tribunal Constitucional. Ahora, George Simion, su apadrinado y también ultranacionalista, lidera las encuestas con un 36%. Estas elecciones, consideradas cruciales por la clase política rumana, podrían inclinar al país, miembro de la UE y la OTAN, hacia el populismo extremista. Si Simion logra una victoria clara, se prevé que el impacto se sienta en toda Europa.
La participación de rumanos en el extranjero, especialmente en países como España e Italia, ha aumentado significativamente en esta repetición electoral. Simion, junto a Georgescu, votó temprano desde Bucarest, reforzando su mensaje de devolver a Rumania a un orden constitucional democrático. Crin Antonescu, candidato proeuropeo, y Nicușor Dan, un independiente, luchan por el segundo puesto, con Antonescu enfatizando su visión de una Rumania unida y fuerte. Las elecciones han estado marcadas por tensiones políticas y problemas económicos, destacadas por ciberataques a webs gubernamentales y de candidatos, atribuidos al grupo ruso NoName057, lo que subraya la complejidad y los desafíos que enfrenta Rumania en este proceso crítico.
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