Un reciente estudio ha revelado datos preocupantes sobre el perfil de las víctimas y agresores en incidentes de violencia dentro del sector sanitario. Según el informe, un abrumador 62% de las víctimas son profesionales de la salud, específicamente facultativas, lo que destaca un grave problema de seguridad y bienestar dentro de este ámbito laboral. Los ataques a estos trabajadores no solo ponen en riesgo su integridad física, sino que, además, afectan el normal desenvolvimiento de sus funciones y, en última instancia, la calidad de atención que reciben los pacientes.
Por otro lado, el perfil de los agresores muestra que el 71% son varones de entre 36 y 55 años. Este dato sugiere patrones de conducta que pueden estar asociados a diferentes factores sociales y culturales que merecen un análisis más profundo. La violencia en el ámbito sanitario no solo es un problema de seguridad, sino también uno que refleja inequidades y tensiones más amplias en el sistema de salud y en la sociedad en general. Las autoridades y organizaciones implicadas tienen el desafío urgente de implementar políticas efectivas y medidas de protección para contrarrestar y prevenir tales incidentes, asegurando un ambiente de trabajo seguro y digno para los profesionales de la salud.
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