Las comunidades autónomas españolas enfrentan un futuro financiero desafiante, ya que se proyecta que pagarán un 50% más en intereses sobre su deuda para 2028, un incremento significativo en comparación con 2022. Un informe de Fedea alerta sobre la aceleración del gasto en intereses, que podría triplicarse desde el fin de la era de tipos negativos del Banco Central Europeo en 2022. De los 3.608 millones de euros desembolsados entonces, se estima que el monto alcance los 11.789 millones en tres años. Este crecimiento se produce en un contexto donde las cuentas regionales se han deteriorado desde la crisis financiera de 2008, impulsadas por políticas monetarias restrictivas.
El tipo medio de la deuda autonómica está previsto que aumente del 1,1% en 2022 al 3,2% en 2028. Comunidades como Asturias, Canarias y Castilla y León verán incrementos notables en sus tasas de interés, mientras que La Rioja mantendrá el tipo más bajo. Cataluña y la Comunidad Valenciana, las más endeudadas, enfrentarán significativos aumentos en su factura de intereses. La deuda total autonómica, sin embargo, crecerá a un ritmo mucho más moderado, proyectándose en 363.000 millones de euros para 2028, un alza del 14,5% desde 2022. Aunque la deuda como porcentaje del PIB descenderá en casi cinco puntos, esta evolución se basa en un escenario conservador sin considerar eventuales ajustes o condonaciones de deuda.
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