La creciente morosidad entre los inquilinos sigue siendo motivo de preocupación, según el último informe del Observatorio del Alquiler. En 2024, la deuda media de los inquilinos morosos alcanzó cerca de 8.000 euros, aumentando un 4,23% con respecto a 2023. Este ascenso coincide con un mercado de alquiler en el que los precios de las viviendas han subido significativamente. Los impagos más elevados se registran en las áreas donde el esfuerzo económico para pagar el alquiler es más alto, con Cataluña liderando con una deuda media que supera los 10.000 euros. Además, regiones turísticas como Santa Cruz de Tenerife y Valencia también experimentaron incrementos notables en las deudas medias, debido a la inestabilidad laboral y la alta demanda de viviendas en estas zonas.
A pesar de la moderación en el crecimiento de la morosidad en años recientes, el fenómeno sigue siendo alarmante en muchas comunidades, especialmente aquellas con altos costos de vida y dependientes del turismo. En contrast, áreas interiores menos tensionadas muestran impagos significativamente menores. En un intento por mitigar la situación, el gobierno ha propuesto medidas como avales públicos para proteger a los propietarios e inquilinos ante impagos. Estas acciones buscan también estabilizar el acceso a la vivienda, comenzando con incentivos para aquellos propietarios que arrienden a jóvenes menores de 35 años a precios asequibles. Mientras tanto, el debate político sobre la vivienda continúa, enfrentando diferentes enfoques sobre cómo gestionar la morosidad y el acceso justo al mercado de alquiler.
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