Desde 2016, la planta industrial de Getafe, gestionada por una empresa pública, ha alcanzado un logro notable con la producción de más de 4,000 toneladas de un subproducto derivado del fósforo presente en aguas residuales. Este compuesto, conocido como estruvita, se ha ganado el apodo de «oro blanco» de la agricultura debido a sus cualidades como fertilizante, proporcionando nutrientes esenciales para el crecimiento saludable de las plantas.
Las aguas residuales contienen altas concentraciones de fósforo, un elemento vital que no es renovable ni puede ser replicado sintéticamente. La estruvita, producida mediante la cristalización de este elemento, libera fósforo lentamente, mejorando así la estructura del suelo a lo largo del tiempo. Además, este fertilizante contribuye al terreno con nitrógeno y magnesio, nutrientes clave para los cultivos.
Investigaciones del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) han certificado las ventajas de la estruvita, especialmente cuando se combina con lodo deshidratado de las depuradoras urbanas, como ha hecho Canal de Isabel II. Esta combinación ha demostrado mejorar las características del suelo y aumentar la producción de biomasa, particularmente en cultivos como el maíz.
En 2024, las instalaciones de la Comunidad de Madrid generaron aproximadamente 415,000 toneladas de lodos de depuración, de las cuales 147,000 fueron aplicadas directamente a tierras agrícolas. Un proceso de secado térmico permitió transformar 219,000 toneladas adicionales en 40,600 toneladas de grano seco para uso agrícola. Asimismo, la mezcla de fangos con residuos vegetales dio lugar a unas 11,000 toneladas de compost, muy demandado en jardinería.
Las depuradoras, como las gestionadas por Canal de Isabel II, se han consolidado como auténticas biofactorías urbanas. No solo producen fertilizantes y compost, sino que también generan combustibles, energía eléctrica, calorífica y agua regenerada, promoviendo un modelo de economía circular y aprovechamiento integral de los residuos. Este enfoque subraya el potencial de innovación y sostenibilidad en el manejo de recursos hídricos y agrícolas.