En el contexto actual, renovar el seguro de coche se ha convertido en una tarea cada vez más onerosa para los conductores en todo el país. En 2025, se reporta un aumento de hasta un 14% en las tarifas en comparación con el año anterior, evidenciando una situación generalizada que está afectando los bolsillos de los ciudadanos. Este incremento es consecuencia de varios factores que inciden directamente en el cálculo de dichos precios.
Uno de los factores más notables detrás de esta subida es el aumento en el costo de las reparaciones. Los talleres han incrementado sus precios, consecuencia del encarecimiento de las piezas, junto con un repunte en la siniestralidad leve y los costes adicionales asociados a la avanzada tecnología de los automóviles modernos. En la actualidad, reparar un simple retrovisor puede resultar el doble de caro, debido a la incorporación de cámaras y sensores en los vehículos más recientes.
La situación impacta de manera diversa a los conductores, según el tipo de vehículo y su historial de siniestros. Las pólizas de seguro a todo riesgo son las que han registrado los incrementos más notorios, en algunos casos superando el 18%. Sin embargo, los seguros a terceros no están exentos de esta tendencia, experimentando subidas cercanas al 10%. Para muchos conductores, esto se traduce en un sobrecosto anual que puede variar entre 100 y 150 euros.
Frente a este escenario, los expertos sugieren varias estrategias para mitigar el impacto económico del aumento. Recomiendan a los conductores comparar precios entre diferentes aseguradoras, revisar las coberturas para evitar pagar por servicios innecesarios y no dudar en negociar con las compañías para conseguir descuentos. Aunque el aumento en las primas de seguro es una realidad ineludible, los conductores tienen la posibilidad de tomar decisiones informadas que les permitan ahorrar en sus pólizas, manteniendo al mismo tiempo la protección legalmente requerida.