A partir de 2026, México incrementará significativamente el impuesto sobre los refrescos con azúcar y aplicará una nueva tasa a las versiones sin calorías endulzadas con edulcorantes, en un esfuerzo por reducir el consumo de estas bebidas. La medida, que ya cuenta con la aprobación de la Cámara de Diputados, está a la espera del visto bueno del Senado. Este ajuste se enmarca en la actualización del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS), el cual engloba una serie de impuestos conocidos como ‘saludables’ que ahora también incluirán gravámenes a las apuestas en línea y videojuegos violentos. El objetivo es minimizar el consumo de refrescos en un país que lidera la estadística mundial en consumo de estas bebidas desde la inclusión inicial del IEPS para refrescos en 2014.
Inicialmente, se propuso un aumento del 87% aplicable a todos los refrescos, elevando el impuesto a 3,08 pesos por litro. Sin embargo, tras intensas negociaciones, se decidió que las bebidas con azúcar enfrentarán este incremento completo, mientras que las variantes ‘light’ estarán sujetas a un gravamen de 1,5 pesos por litro. La industria refresquera acordó reducir un 30% el contenido de azúcar en sus productos y también implementará restricciones publicitarias, buscando disuadir su consumo entre los más jóvenes. Coca-Cola, por su parte, se comprometió a reformular el 70% de su portafolio en México para finales de 2026, promoviendo el consumo compartido de productos de gran tamaño.
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