El precio del uranio ha alcanzado un récord histórico al situarse en 190 dólares por unidad de trabajo separativo (SWU), superando ampliamente los 56 dólares registrados hace tan solo tres años. Este significativo aumento se ha atribuido a la creciente demanda de energía nuclear destinada a alimentar centros de datos que soportan avanzados modelos de inteligencia artificial (IA), sector que está remodelando las infraestructuras energéticas a nivel mundial.
Ante el desafiante panorama energético actual, la transición hacia la energía nuclear emerge como una solución viable y sostenible. Las empresas tecnológicas de gran envergadura, entre las que destacan Amazon Web Services (AWS) y Microsoft, están avanzando en acuerdos para adquirir electricidad de origen nuclear. Meta, por su parte, ha lanzado iniciativas para potenciar la capacidad de generación nuclear en Estados Unidos. La implementación de pequeños reactores modulares (SMR) suma a esta estrategia, proporcionando una alternativa adaptable y eficiente para cumplir con las crecientes necesidades energéticas de los centros de datos.
Los SMR, diseñados para operar cerca de instalaciones críticas y centros de datos, ofrecen ventajas competitivas gracias a su flexibilidad y menor coste de implementación frente a los reactores convencionales. AWS y otras compañías del sector, como Google, incursionan en desarrollos de SMR en colaboración con empresas especializadas y consorcios energéticos.
Sin embargo, el abastecimiento de uranio enfrenta restricciones significativas a nivel global. Con una parte considerable del uranio enriquecido en mercados occidentales proveniente de Rusia, las sanciones internacionales han mermado el acceso a este recurso crítico. Las capacidades de enriquecimiento en Francia, Estados Unidos y Canadá resultan insuficientes para la demanda proyectada, y la infraestructura logística para nuevas plantas presenta desafíos notables.
El aumento de los precios del uranio podría mantenerse en un horizonte cercano y medio, impulsado por limitaciones en la producción y la falta de nuevos proyectos de extracción y enriquecimiento. Kazatomprom, el principal productor mundial, ha informado que su producción no alcanza las cifras esperadas, lo cual afecta aún más la disponibilidad del mineral, que se destina en buena medida a mercados asiáticos.
En este contexto, la industria enfrenta el desafío de diversificar sus fuentes de uranio y explorar tecnologías de reciclaje de combustible nuclear para asegurar su suministro. La energía nuclear se perfila como una pieza clave en el rompecabezas energético de la era digital, cuyo crecimiento es impulsado por la inteligencia artificial. Pero el éxito de este cambio dependerá de la capacidad de los gobiernos y las empresas para superar las restricciones actuales y fomentar la innovación en el sector, garantizando un futuro energético sostenible y eficiente.