El pueblo de Queréndaro, en Michoacán, fue escenario de un violento ataque el pasado viernes por la noche, cuando la casa de la alcaldesa Diana Caballero fue tiroteada e incendiada por presuntos carteles de la droga. Aunque no se registraron víctimas mortales, las llamas destruyeron gran parte de la vivienda y afectaron a estructuras cercanas, como un hotel. En el incidente, los bomberos lograron rescatar a la madre de Caballero de las llamas. La alcaldesa, quien reside ahora en Morelia debido a amenazas de muerte, no se encontraba en la vivienda al momento del ataque. Según informes, el ataque podría estar vinculado a una disputa entre el Grupo X y el Cártel Jalisco Nueva Generación, dos organizaciones criminales que operan en la región.
Esta localidad, ya marcada por otros episodios de violencia, enfrenta constantemente el embate de carteles que luchan por el control del narcotráfico en Michoacán, un estado clave en esta industria ilegal. Las autoridades han incrementado sus esfuerzos en la lucha contra estos grupos, lo que ha resultado en múltiples arrestos y desmantelamiento de laboratorios en el país. Sin embargo, esto ha intensificado la respuesta violenta de las organizaciones criminales, sumiendo a muchas comunidades en un estado de inseguridad y temor constante. La situación en Queréndaro es un ejemplo de cómo el crimen organizado sigue desafiando a las autoridades, dejando a su paso destrucción y un clima de incertidumbre entre sus habitantes.
Leer noticia completa en El Pais.