En la tarde del martes, un ciudadano árabe-israelí protagonizó un ataque en las inmediaciones de un concurrido mercado en la ciudad de Jerusalén. El agresor supuestamente comenzó a disparar indiscriminadamente contra los transeúntes, lo que generó escenas de pánico entre las personas presentes en el área. Las fuerzas de seguridad israelíes respondieron rápidamente al incidente, desplegando un operativo para neutralizar la amenaza. Según testigos en el lugar, tras un intercambio de disparos, el atacante fue abatido por los agentes policiales antes de que pudiera causar un número mayor de víctimas.
El ataque ha generado una ola de reacciones tanto en Israel como en las comunidades árabes-israelíes. Las autoridades señalan que la investigación continúa para determinar los motivos detrás del ataque y si hay conexiones con grupos extremistas. Este episodio ha agudizado las tensiones en la región, donde la coexistencia entre las poblaciones judía y árabe enfrenta desafíos complejos. Mientras el país se debate entre reforzar las medidas de seguridad e intentar mantener la paz social, los analistas advierten que incidentes como este podrían avivar viejos conflictos, poniendo en riesgo los frágiles avances hacia la reconciliación.
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