Un reciente estudio llevado a cabo por la organización Automovilistas Europeos Asociados (AEA) ha arrojado luz sobre el funcionamiento de los radares de velocidad en España, específicamente en la Comunidad de Madrid. Según el informe, aproximadamente 50 de los más de 1.000 radares administrados por la Dirección General de Tráfico (DGT) son responsables del 38% de las denuncias por exceso de velocidad en esta región. Durante el año 2023, estos dispositivos emitieron un total de 3,35 millones de denuncias a nivel nacional, una cifra que, a pesar de ser un 9,4% menor que el año anterior, sigue siendo significativa. Destaca el hecho de que 28 de estos radares ya figuraban entre los más activos en el pasado, mientras que otros 22 se encuentran en ubicaciones más recientes. El radar más notorio se sitúa en el kilómetro 20,2 de la M-40 en Madrid, con un volumen de denuncias que alcanza las 118.149 en solo un año.
Este alto número de infracciones se explica, en parte, por las diferencias en los límites de velocidad permitidos en ciertos tramos, donde la velocidad decae súbitamente de 100 km/h a 80 km/h. Sin embargo, el informe de AEA no solo se centra en Madrid, ya que también menciona el notable aumento en la actividad de otros radares en diversas ubicaciones como Navarra, Pontevedra, Ibiza, y Cantabria, entre otros. Además, señala que las regiones de Andalucía, Madrid y la Comunidad Valenciana son las que reportan los radares más activos en términos de denuncias. En contraste, Asturias, Extremadura y Castilla y León registran los números más bajos. Mario Arnaldo, presidente de AEA, cuestiona la eficacia de estos dispositivos, argumentando que, en muchos casos, más que prevenir accidentes, los radares parecen actuar como herramientas meramente recaudatorias.
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