El pasado 31 de diciembre, miles de personas recibieron un mensaje informando sobre la ubicación de una rave para dar la bienvenida al 2025, escogiendo un lugar en Ciudad Real para la celebración de esta multitudinaria fiesta. Entre 10,000 y 15,000 personas asistieron a la macrofiesta, entregándose a una experiencia festiva sin restricciones que se extendió hasta el 6 de enero, coincidiendo con el Día de Reyes. Los organizadores habían prometido concluir el evento en esta fecha, y cumplido el plazo, un equipo del programa «Espejo Público» se trasladó al lugar para evaluar las condiciones en que quedó el terreno tras la celebración.
Sin embargo, el trabajo del equipo se vio interrumpido por un grupo de jóvenes que, mientras se disponían a marcharse del lugar, comenzaron a lanzar piedras hacia los periodistas y trataron de pinchar las ruedas del vehículo en el que el reportero Javi Fuente y su equipo iban a regresar. Ante esta situación, Fuente acudió a la policía, que se encontraba en la zona despejando el área, para denunciar el incidente. La cobertura del evento se tornó en un episodio de peligro para la prensa, resaltando los desórdenes que pueden surgir alrededor de eventos no controlados de esta magnitud, a pesar del entusiasmo inicial que genera reunir a miles para celebrar el comienzo de un nuevo año.
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