Un análisis del Grantham Institute ha revelado que el cambio climático es un factor determinante en la muerte de 98 personas durante un período analizado. El estudio subraya la relación directa entre el aumento de temperaturas y fenómenos climáticos extremos con problemas de salud que resultan fatales, resaltando la urgente necesidad de implementar medidas efectivas para mitigar el impacto del calentamiento global en la salud pública.
La investigación destaca que la inacción ante el cambio climático no solo afecta al medio ambiente, sino que tiene consecuencias directas en la mortalidad humana. Este vínculo entre las condiciones meteorológicas extremas y las muertes subraya la importancia de políticas públicas que prioricen la protección del clima, buscando no solo la sostenibilidad ambiental sino también la salvaguarda de la vida humana.
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