En un escenario de creciente tensión en Oriente Próximo, Israel ha lanzado ataques aéreos contra las ciudades yemeníes de Ras Issa y Hodeidah, empleando decenas de aviones de combate. Los ataques han resultado en la muerte de al menos cuatro personas y 29 heridos. Paralelamente, se ha recuperado el cadáver de Hasan Nasralá, líder de Hezbolá, dos días después de un ataque en el sur de Beirut. Según fuentes médicas y de seguridad, el cuerpo de Nasralá fue encontrado intacto y la causa de su muerte se atribuye a un traumatismo contundente por la explosión. Además, se confirmó la muerte de otro alto cargo de Hezbolá, Nabil Qaouk, en un bombardeo en los suburbios del Dahiye.
El conflicto también se ha intensificado en Líbano, donde un ataque israelí en la ciudad de Baalbek-Hermel dejó al menos 21 muertos y 47 heridos, según un balance preliminar del Ministerio de Salud libanés. En respuesta, el Gobierno libanés, representado por el ministro de Comunicaciones Ziad Makary, ha enfatizado los esfuerzos diplomáticos para lograr un alto el fuego con Israel. Mientras, Irán ha instado a una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para abordar los ataques y el asesinato de Nasralá. En Gaza, el número de víctimas continúa aumentando, con el Ministerio de Sanidad gazatí reportando casi 41.600 palestinos muertos y más de 96.000 heridos desde el inicio de la ofensiva israelí.
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