Carmen Suárez, quien fue víctima de un ataque de oso en Sonande, Asturias, en mayo de 2021, ha recibido una sentencia favorable que obliga al Principado de Asturias a indemnizarla con 83.000 euros. Suárez, de 75 años, sufrió graves heridas, incluyendo una fractura de cadera y pérdida de piel facial. Aunque el fallo puede ser recurrido, el gobierno autonómico ha decidido no apelarlo. A pesar del paso del tiempo, Suárez conserva el temor al oso, con el que se encontró fortuitamente mientras paseaba. La sentencia subraya la paradoja en la protección brindada por el Principado a la fauna salvaje, que hasta ahora no contemplaba casos de ataques a personas, algo que Suárez y su equipo legal han peleado por cambiar.
La población de osos en la cordillera Cantábrica, que ha aumentado significativamente gracias a esfuerzos de conservación, es calificada por Suárez como desmedida, reflejándose en crecientes encuentros con seres humanos. En respuesta, Asturias ha implementado un programa de control para manejar a los osos considerados problemáticos, caracterizado por marcar ejemplares con collares GPS y reforzar medidas de protección en zonas pobladas. El caso de Carmen Suárez no solo pone de manifiesto los riesgos asociados al crecimiento poblacional de especies protegidas, sino también destaca la complejidad de las interacciones entre humanos y fauna, que requieren respuestas legislativas y administrativas más efectivas.
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