En el centro de cada avance tecnológico actual, desde teléfonos inteligentes hasta superordenadores de inteligencia artificial, se encuentra una pieza fundamental pero a menudo invisible: el microchip. Su fabricación se basa en la litografía, un proceso que permite grabar patrones minúsculos sobre obleas de silicio. ASML, una empresa con sede en Países Bajos, se ha posicionado como líder mundial en este campo, gracias a su innovadora tecnología de litografía EUV (ultravioleta extremo).
Desde su fundación en 1984, ASML ha avanzado desde el uso de lámparas de vapor de mercurio, con longitudes de onda de 436 nanómetros, hasta desarrollar sistemas capaces de proyectar luz de tan solo 13,5 nanómetros. Este impresionante progreso ha sido clave en la evolución de la industria de semiconductores.
El progreso en litografía ha sido constante. ASML comenzó utilizando fuentes de luz como los láseres excímeros, que permitieron reducir gradualmente las dimensiones de los componentes. La introducción de la luz EUV representó un avance osado, pues trabaja en longitudes de onda mucho más cortas, permitiendo una miniaturización sin precedentes.
El desarrollo de la tecnología EUV no fue un camino fácil. En los años 80 se inició la exploración de esta idea, que finalmente tomó forma en 1994, cuando un consorcio liderado por ASML logró demostrar su viabilidad. Tras años de intensos esfuerzos, en 2016 la litografía EUV se estableció definitivamente, consolidando a ASML como un jugador indispensable en la industria.
El proceso para generar luz EUV fue un desafío técnico considerable, requiriendo la invención de un método que implicaba la conversión de gotas de estaño en plasma mediante potentes láseres. Esta tecnología sigue avanzando con la introducción de la EUV High-NA, que incrementa la apertura numérica y promete una mayor resolución y eficiencia en la producción de chips.
El impacto industrial de estas innovaciones es enorme. ASML ha elevado el listón en la fabricación de semiconductores, ofreciendo a compañías como Intel, TSMC y Samsung nuevas herramientas para seguir la Ley de Moore, que predice la duplicación de transistores en un chip aproximadamente cada dos años.
Esta tecnología, sin embargo, trae consigo un alto coste. Los escáneres High-NA cuestan alrededor de 380 millones de dólares cada uno, pero son cruciales para mantener la competitividad y seguir avanzando en una industria que ya depende de la miniaturización extrema.
Desde su origen, ASML ha innovado sin descanso, convirtiéndose en un actor geoestratégico vital en el mundo de la tecnología. Sin sus contribuciones, el paisaje tecnológico actual sería muy diferente, confirmando que el futuro de la industria de semiconductores sigue muy vinculado a los retos y logros de esta compañía.
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