ASML, la firma neerlandesa de vanguardia en tecnología de litografía, ha decidido continuar su expansión en China, a pesar de las crecientes restricciones que Estados Unidos ha comenzado a imponer. La empresa ha anunciado la apertura de un nuevo centro de reutilización y reparación en Beijing para 2025, un movimiento que refuerza su presencia en un mercado crucial para sus ingresos. No obstante, esta decisión podría exacerbar las tensiones entre la Unión Europea y Estados Unidos, en un momento en que Washington busca restringir el acceso de China a tecnologías avanzadas de semiconductores.
Frente a las barreras regulatorias estadounidenses, ASML avanza con su estrategia de expansión global. En 2023, ya había asegurado instalaciones en Yizhuang, Beijing, donde estableció un pequeño departamento de mantenimiento. Con la construcción del nuevo centro, las operaciones de servicio y soporte técnico se trasladarán a esta ubicación, mejorando así la capacidad de reparación y reutilización de equipos en la región.
El anuncio de ASML llega en un contexto de presión creciente por parte de Washington sobre Países Bajos para limitar aún más el acceso de China a equipos avanzados de litografía. ASML, pieza clave en estas restricciones, ha restringido especialmente la exportación de sus escáneres de litografía extrema ultravioleta (EUV), esenciales para la fabricación de chips de última generación.
La decisión de ASML no solo tiene implicaciones económicas, sino también geopolíticas. En los últimos años, la Unión Europea ha mostrado signos de distanciamiento de la política tecnológica estadounidense. Las presiones de Washington para limitar el acceso chino a semiconductores avanzados han generado tensiones dentro de la UE, que considera a China un mercado clave para sus empresas tecnológicas.
El establecimiento de un nuevo centro de reparación en China podría convertirse en un punto de desencuentro entre Bruselas y Washington. En caso de un posible regreso de Donald Trump al poder, se ha mencionado la posibilidad de imponer aranceles a los productos europeos, lo que podría afectar no solo a ASML sino a toda la industria tecnológica del continente.
El mercado chino es de vital importancia para ASML. En 2024, China representó 10.195 millones de euros en ingresos para la empresa, equivalente al 36,1% de sus ventas totales. Este crecimiento ha sido notable en comparación con otros mercados relevantes, como Corea del Sur y Estados Unidos.
A pesar del aumento en las ventas, ASML ha experimentado una caída en su beneficio neto, que en 2024 fue de 7.572 millones de euros, con un decrecimiento del 3,41%, mientras que sus ingresos netos crecieron un 2,55%, alcanzando los 28.263 millones de euros.
El anuncio por parte de ASML ha generado preocupación en Washington, ya que la apertura del nuevo centro en Beijing podría fortalecer la capacidad de China para mantener su industria de semiconductores en funcionamiento, mientras desarrolla su propia tecnología EUV. Estados Unidos ha manifestado que no permitirá que China logre la autosuficiencia tecnológica en el sector de los chips sin enfrentar consecuencias.
En este contexto, se espera que la UE y EE.UU. negocien sobre futuras restricciones a ASML, especialmente en lo que respecta a la renovación de licencias para el suministro de repuestos y servicios en China. Si Países Bajos opta por no renovar estas licencias, ASML podría enfrentar dificultades significativas en el gigante asiático.
Lo que está claro es que ASML ha tomado una decisión crucial que no pasará desapercibida en Washington. La empresa se encuentra en el epicentro de una batalla tecnológica y geopolítica en la que China, Estados Unidos y la Unión Europea juegan un papel fundamental en la futura configuración del mercado global de semiconductores.