El partido inaugural más esperado de la liga, que enfrenta a las plantillas más costosas del mundo, culminó con la victoria del Arsenal por 0-1 frente al Manchester United en Old Trafford. Dos equipos con destacado gasto en fichajes recientes buscan romper una sequía de títulos en la Premier, pero no lograron mostrar un juego acorde a esa inversión. Un gol temprano de Riccardo Calafiori, en una jugada al límite del reglamento tras una acción disputada, definió el encuentro, dejando más preguntas que respuestas sobre el proyecto liderado por Mikel Arteta. A pesar del triunfo, su equipo mostró carencias en ofensiva y dependencia de sus defensores para contener a un United que, aunque permitía la iniciativa, tampoco mostró contundencia.
El resultado positivo no ocultó las inquietudes dentro del Arsenal, donde el empresario Josh Kroenke y sus asesores esperaban ver un juego más dinámico y ofensivo, reflejo de lo aprendido por Arteta junto a Guardiola en el City. Los recientes fichajes millonarios del Arsenal no sobresalieron: Gyökeres, Madueke y Havertz no lograron inquietar al United. Martin Ødegaard fue una de las pocas luces en un equipo que operó bajo un esquema defensivo. Las preocupaciones se extienden con el equipo londinense buscando definir una identidad mientras enfrenta a titanes como el City y el Liverpool, sus principales rivales, sosteniendo la tercera mayor inversión en fichajes del mundo desde 2020.
Leer noticia completa en El Pais.